sábado, 14 de julio de 2007

antología poética de Constantino Cavafis

Constantino Cavafis

LA CIUDAD
Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagaráspor las mismas calles.
Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad.
Para otro lugar -no esperes-no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquíen este rincón pequeño,
en toda tierra la destruiste.

TERMINADO
En medio del temor y las sospechas,
con espíritu agitado y ojos de pavor,nos consumimos
y planeamos cómo hacerpara evitar el seguro
peligro que así terriblemente nos amenaza.
Y sin embargo estamos equivocados,
ése no está en nuestro camino:
falsos eran los mensajes (o no los escuchamos, o no los entendimosbien).
Otra catástrofe, que no la imaginábamos,
repentina, violenta cae sobre nosotros
y no preparados -de dónde tiempo ya- nos arrebata.

IDUS DE MARZO
Las grandezas teme, oh alma.Y si vencer tus ambicionesno puedes,
con cautela y reservas síguelas. Y cuanto más adelante vayas,
sé más observador, más cuidadoso.Y cuando a tu apogeo llegues,
César ya;cuando tomes figura de hombre famoso,
entonces cuida especialmente al salir a la calle,
dominador insigne de séquito acompañado,
si acierta a acercarse, desde la multitud
algún Artemidoro, que lleva una carta,y dice apresurado
"Lee esto inmediatamente,son cosas importantes que te interesan",
no dejes de detenerte; no dejes de postergarcualquier conversación o tarea;
no dejes de apartara las variadas personas que te saludan
y se prosternan ante ti(las puedes ver más tarde);
que espere incluso el Senado mismo,
y conoce al instantelos graves escritos de Artemidoro.

MONOTONÍA
un día monótono otromonótono, invariable sigue:
Pasaránlas mismas cosas, volverán a pasar
-los mismos instantes nos hallan y nos dejan.
Un mes pasa y trae otro mes.
Lo que viene uno fácilmente lo adivina:
son aquellas mismas cosas fastidiosas de ayer.
Y llega el mañana ya a no parecer mañana.

ÍTACA
Cuando salgas en el viaje, hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento,
si una selecta emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los Lestrigones y a los Cíclopes,y al feroz Poseidón no encontrarás,
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergue delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivalesen que con cuánta dicha,
con cuánta alegría entres a puertos nunca vistos:
detente en mercados fenicios,
y adquiere las bellas mercancías,
ámbares y ébanos, marfiles y corales,
y perfumes voluptuosos de toda clase,
cuanto más abundantes puedas perfumes voluptuosos;
anda a muchas ciudades Egipcias y aprende de los sabios.
Siempre en tu pensamiento ten a Ítaca.
Llegar hasta allí es tu destino.
Pero no apures tu viaje en absoluto.
Mejor que muchos años dure:
y viejo ya ancles en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Ítaca.
Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no hubieras salido al camino.
Otras cosas no tiene ya que darte.
Y si pobre la encuentras,
Ítaca no te ha engañado.
Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta,
ya habrás comprendido las Ítacas qué es lo que significan.

CUANTO PUEDAS
Y si no puedes hacer tu vida como la quieres,
en esto esfuérzate al menos cuanto puedas:
no la envilezcas en el contacto excesivo con la gente,
en demasiados trajines y conversaciones.
No la envilezcas llevándola,
trayéndola a menudo y exponiéndola
a la torpeza cotidianade las compañías y las relaciones,
hasta que llegue a ser pesada como una extraña.

MUY RARAMENTE
Es un anciano. Agotado y giboso,
estragado por los años, y por intemperancias,
con paso lento atraviesa la calleja.
Y sin embargo cuando entra a su casa para ocultar
su ruina y su vejez, considerala parte que él aún posee en la juventud.
Adolescentes ahora los versos suyos recitan.
Por los vivaces ojos de éstos pasan las visiones suyas.
Sus espíritus sanos, voluptuosos,
sus cuerpos armoniosos, firmes,
se conmueven con su propia expresión de la Belleza.

MAR DE LA MAÑANA
Aquí que me detenga. Que también yo contemple un poco la naturaleza.
Azul esplendoroso de un mar de la mañana
y de un cielo sin nubes, y una ribera amarilla:
todo hermosamente y con plenitud iluminado.
Aquí que me detenga. Y que me engañe como que veo esto
(lo vi en verdad un instante cuando recién me detuve);
y no también aquí mis fantasías,mis recuerdos,
las visiones de la voluptuosidad.

JÓNICO
Aunque rompimos sus estatuas,
aunque los expulsamos de sus templos,
no por eso murieron del todo los dioses.
Oh tierra de la Jonia, a ti te aman todavía,
a ti sus almas te recuerdan aún.
Cuando sobre ti amanece una mañana de agosto,
el vigor de sus vidas atraviesa tu atmósfera;
y a veces una etérea figura de efebo,
indefinida, con paso rápido,
por sobre tus colinas atraviesa.

A LA ENTRADA DEL CAFÉ
Algo que dijeron al lado mío
dirigió mi atención a la entrada del café.
Y vi el hermoso cuerpo que parecía
como si el Amor lo hubiese forjado con su más consumada
experiencia -plasmando sus armoniosas formas con alegría,
elevando esculturalmente la estatura;
plasmando con emoción el rostro
y dejando a través del tacto de sus manos
un sentimiento en la frente, en los ojos, y en los labios.

UNA NOCHE
El cuarto era pobre y vulgar,
oculto en los altos de una taberna equívoca.
Desde la ventana se veía la calleja,
sucia y estrecha.
Desde abajo llegaban las voces de algunos obreros
que jugaban a las cartas y que se divertían.
Y allí en la cama humilde, ordinariaposeí el cuerpo del amor,
poseí los labiosvoluptuosos y rojos de la embriaguez
-rojos de tal embriaguez, que también ahoracuando escribo,
¡después de tantos años!,en mi casa solitaria,
me embriago nuevamente.

VUELVE
Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, vuelve y tómame
-cuando del cuerpo la memoria se despierta,
y un antiguo deseo vuelve a pasar por la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
y las manos sienten como que tocan otra vez.
Vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan...

LEJOS
Quisiera este recuerdo decirlo...
Pero de tal modo se ha borrado...
como que nada queda -porque lejos,
en los primeros años de mi adolescencia yace.
Una piel como hecha de jazmín...
Aquel atardecer de agosto – ¿era agosto...?
-Apenas me recuerdo ya de los ojos;
eran, creo, azules...Ah sí, azules: un azul de zafiro.

JURA
Jura cada tanto tiempo comenzar una vida mejor.
Mas cuando llega la noche con sus propios consejos,
con sus compromisos, y con sus promesas;
mas cuando llega la noche con su propia fuerza
del cuerpo que necesita y pide, hacia el mismo
placer fatal, perdido, va de nuevo.

FUI
Me desaté. Me abandoné del todo y fui.
Hacia los placeres, que medio reales,
medio imaginados en mi cerebro estaban,
fui en la noche iluminada.
Y bebí licores fuertes, como
los que beben los temerarios de la voluptuosidad.

DESEOS
A cuerpos hermosos de muertos que no envejecieron
y los guardaron, con lágrimas, en un bello mausoleo,
con rosas a la cabeza y a los pies jazmines
-se asemejan los deseos que pasaronsin cumplirse;
sin merecer una
noche de placer,
o una mañana luminosa.

VELAS
Los días del futuro están delante de nosotros
como una hilera de velas encendidas
velas doradas, cálidas, y vivas.
Quedan atrás los días ya pasados,
una triste línea de velas apagadas;
las más cercanas aún despiden humo,
velas frías, derretidas, y dobladas.
No quiero verlas;
sus formas me apenan,
y me apena recordar su luz primera.
Miro adelante mis velas encendidas.
No quiero volverme, para no verlas y temblar,
cuán rápido la línea oscura crece,
cuán rápido aumentan las velas apagadas.

UN ANCIANO
En el lado de adentro del bullicioso café
inclinado sobre la mesa, está sentado un anciano:
con un diario delante, sin compañía.
Y en el desmedro de la aciaga vejez
piensa cuán poco gozó los placeres sensuales
Y sin embargo el tiempo en que era joven parece
como ayer. Qué breve espacio, qué breve espacio.
Y cavila cómo lo engañó la Prudencia;
y cómo siempre en ella se confió-, ¡qué locura!-la mentirosa que decía:
"Mañana. Tienes mucho tiempo".
Recuerda los ímpetus que contenta; y cuánta
alegría sacrificada. Cada ocasión perdida
se burla ahora de su necia prudencia....
Mas de tanto pensar y recordar
el anciano se agota.
Y se queda dormido
apoyado en la mesa del café.

SÚPLICA
El mar a sus abismos llevose un marinero.
-Su madre, sin saberlo, va y enciende
un alto cirio delante de la Virgen,
para que vuelva pronto y el tiempo le sea benigno
-y de continuo tiende hacia el viento el oído.
Mas mientras ella implora y suplica,
la imagen escucha, grave y acongojada,
pues sabe que no ha de volver ya el hijo que ella espera.

LAS ALMAS DE LOS VIEJOS
En sus viejos cuerpos acabados
viven las almas de los ancianos.
Cuán tristes son las pobres
y qué hastiadas de la vida miserable que arrastran.
Cómo tiemblan de perderla y cuánto la aman
las desamparadas y contradictorias
almas, que viven -comicotrágicas-
bajo la vieja piel gastada.

antología poética de Constantino Cavafis

Constantino Cavafis
El poeta griego-alejandrino de la sensualidad, el deseo y la añoranza, su poesía en apariencia histórica, deja entrever la mirada penetrante de un artista que busca apropiarse de las cosas bellas de la vida, y en ocasiones mediante un ejercicio de la memoria , revivir de forma casi real una vivencia pasada que se vuelve alucinación viva de la necesidad de reconstruir la esencia de la existencia humana.